Todos los sistemas del cuerpo están relacionados entre sí y trabajan conjuntamente y, por lo tanto, los trastornos en uno de los sistemas pueden afectar al funcionamiento de los otros.
La osteopatia, pues, está tratada como una práctica de carácter holístico y consiste en un conjunto de técnicas orientadas a aliviar el dolor, restaurar funciones que estos transtornos puedan provocar así como también promover la salud y el bienestar del cuerpo.
Dependiendo de la parte del cuerpo donde se apliquen, la osteopatía utiliza diferentes técnicas. Estas técnicas se engloban en 4 grupos diferenciados ya sean estructurales, craneo-sacros, viscerales o fasciales.